Wallix

NAME: WALLIX
COUNTRY OF ORIGIN: VENEZUELA
AGE: 24
CHILDREN: NONE
ORIGINAL OCCUPATION: STUDENT
TIME ON THE ISLAND: 3 YEARS

I was lucky, I came by plane. There are others that try to come by boat, but many disappear. Curaçao was the fastest and easiest way to leave Venezuela and the economy here was better than other places. When I came here, I had a cousin and her husband living on the island. In the beginning they helped me, but after some time I had to work and find my own place. Back in Venezuela I used to study Telecommunications Engineering, but when I came here, I couldn’t continue my studies. Now I work in the same field, well I used to work in the same field because I haven’t worked since the coronavirus. It’s been three months already. The shop where I worked has opened back up, but there’s not enough work so I’m still home doing nothing.

Three years of fighting. The life of an undocumented immigrant is not easy at all. [They are shaking. Their hands and even their jaw trembles when they speak] Many rejections. No work. We undocumented people often get paid less. Many times, business owners have wanted to hire me, but don’t once they hear I’m undocumented. When I came here, I hoped to find a better life. Work hard and find people who treat each-other with kindness. Now I’m at a point where I would take any job I could get!

My brother and I are not receiving any help. I have sent messages with all my information to the organizations that help illegal immigrants, but we’re not receiving any help. Fortunately, my brother has started working again, so at least we won’t starve, but that is our only income at the moment. He came here through me. I saved money and sent him the plane ticket. He is a professional hair stylist and now he has to support himself and me, plus he sends money to our parents in Venezuela, just like I do when I have a job.

I haven’t been back to Venezuela since I left 3 years ago so I haven’t seen my parents for a long time. I miss them so much, but if I go back to Venezuela I can’t leave for a few years. It’s a sacrifice I have to make.

I would like the people of Curaçao to understand that not all Venezuelans are the same. [Her voice breaks.] There are good people and bad people and the people of Curaçao could open up more to “illegal” immigrants and give us a chance. It often feels like they think they can do with us whatever they want because we’re illegal. I feel like we are being discriminated a lot. They discriminate against everyone here, Venezuelans, the Dutch, everyone.

My message is that we have to be strong and face this virus together. We’re all humans. We need to have faith and believe in God. With His help everything is possible.

I wish that Curaçao would open its doors for us and let us work in peace. My dream for the future is to become legal and study something, but if that doesn’t happen then I plan on going to Europe. Eventually I’ll have my own house. Then I will send tickets for my parents to come live with me.

My thanks go out to all the people who helped with this project:

Project Creator & Manager:          Berber van Beek ( Studiorootz – photography)

Photography:                                           Berber van Beek
Text and Interview:                              Yolanda Wiel & Berber van Beek
Translator’s:                                             Carlos Monasterios en Judy Wassenberg
Assistant:                                                   Ivonne Zegveld, Mareine van Beek en  Reina Keijzers

Spanish  Translation

NOMBRE: WALLIX
PAIS DE ORIGEN: VENEZUELA
EDAD: 24
NIÑOS: NINGUNO
OCUPACIÓN ORIGINAL: ESTUDIANTE
TIEMPO EN LA ISLA: 3 AÑOS

HISTORIA: Tuve suerte, vine en avión. Hay otros que intentan llegar en barco, pero muchos desaparecen. Curazao era la forma más rápida y fácil de salir de Venezuela y la economía aquí era mejor que en otros lugares. Cuando vine aquí, tenía una prima y su esposo viviendo en la isla. Al principio me ayudaron, pero después de un tiempo tuve que trabajar y encontrar mi propio lugar. En Venezuela estudiaba Ingeniería en Telecomunicaciones, pero cuando vine aquí no pude continuar mis estudios. Ahora trabajo en el mismo campo, bueno, solía trabajar en el mismo campo porque no he trabajado desde el coronavirus. Ya han pasado tres meses. La tienda donde trabajé ha vuelto a abrir, pero no hay suficiente trabajo, así que todavía estoy en casa sin hacer nada.
Tres años de lucha. La vida de un inmigrante indocumentado no es nada fácil. [Dicen temblando. Les tiemblan las manos y hasta la mandíbula cuando hablan] Muchos rechazos. Ningún trabajo. A los indocumentados a menudo nos pagan menos. Muchas veces, los dueños de negocios han querido contratarme, pero no lo hacen una vez se enteran de que soy indocumentado. Cuando vine aquí, esperaba encontrar una vida mejor. Trabajar duro y encontrar personas que se traten con amabilidad. ¡Ahora estoy en un punto en el que aceptaría cualquier trabajo que pudiera conseguir!
Mi hermano y yo no recibimos ninguna ayuda. He enviado mensajes con toda mi información a las organizaciones que ayudan a los inmigrantes ilegales, pero no estamos recibiendo ninguna ayuda. Afortunadamente, mi hermano ha vuelto a trabajar, así que al menos no nos moriremos de hambre, pero ese es nuestro único ingreso en este momento. Vino aquí a través de mí. Ahorré dinero y le envié el billete de avión. Él es peluquero profesional y ahora tiene que mantenerse a sí mismo y a mí, además envía dinero a nuestros padres en Venezuela, como yo hago cuando tengo un trabajo.
No he vuelto a Venezuela desde que me fui hace 3 años, así que hace mucho que no veo a mis padres. Los extraño mucho, pero si vuelvo a Venezuela no podré salir por unos años. Es un sacrificio que tengo que hacer.
Me gustaría que la gente de Curazao entendiera que no todos los venezolanos son iguales. [Su voz se quiebra.] Hay gente buena y gente mala y la gente de Curazao podría abrirse más a los inmigrantes “ilegales” y darnos una oportunidad. A menudo parece que piensan que pueden hacer con nosotros lo que quieran porque somos ilegales. Siento que nos discriminan mucho. Discriminan a todos aquí, venezolanos, holandeses, a todos.
Mi mensaje es que tenemos que ser fuertes y enfrentar juntos este virus. Todos somos humanos. Necesitamos tener fe y creer en Dios. Con su ayuda todo es posible.
Deseo que Curazao nos abra sus puertas y nos deje trabajar en paz. Mi sueño para el futuro es tener un estatus legal y estudiar algo, pero si eso no sucede, planeo ir a Europa. Eventualmente tendré mi propia casa. Luego enviaré boletos para que mis padres vengan a vivir conmigo.

 

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